El Amor no tiene edad
Casarse después de muchos años también merece conservar las imágenes para siempre
Pepe y Reme
Cada pareja es un mundo, y siempre tienen una manera particular de ver el amor. En el caso que nos ocupa su relación viene madurando durante décadas de convivencia, alegría y mucho amor. Las circunstancias de la vida hicieron que ya a cierta edad decidieran casarse y celebrar una discreta ceremonia.
Intimidad
Al ser amigos de la familia, enseguida pensaron en que seríamos las personas adecuadas para fotografiar su enlace. Ya nos conocíamos desde hacía bastantes años pues una de las hijas de Reme es amiga nuestra. Pese a las iniciales reticencias y timidez de la novia, su entorno (¡sobretodo su hermana!) la animó para celebrar una boda un poco más animada de lo que en principio tenía en mente.
Una reducidísima lista de invitados, con los preparativos justos y en una parroquia de (La Santísima Trinidad) llena de significado para la pareja por su vinculación rociera, fueron las variables que definieron el ambiente de la boda. Todo ello rematado por uno de los lugares más emblemáticos de Málaga para hacer el almuerzo, el restaurante Antonio Martín en la playa de la Malagueta.
El día de la boda
Naturalidad y arropados por todos
El ambiente era festivo y se palpaba en el ambiente. Aunque la pareja vivió los momentos previos a la ceremonia con mucha tranquilidad, toda la gente que se congregó en el domicilio expresaba su emoción. Era algo que se esperaba durante mucho (pero mucho) tiempo.
Guapísima la novia y vestida por un apropiado diseño de uno de mis favoritos en Málaga, Rafael Urquízar, estuvo especialmente acompañada por su hermana e hijas, que en todo momento estuvieron cariñosas y divertidas, disfrutando de cada momento. También algunos amigos se animaron a acudir a la casa antes de la iglesia queriendo participar del momento.
La parroquia fue un sitio de fiesta y celebración también, muy divertida la pareja y con mucho sentido del humor fue viviendo los momentos de manera muy intensa. Hubo participación musical con una gran huella rociera, y es que la pareja siente una devoción especial por esta virgen, a la que se le hizo una ofrenda muy emotiva.
Ya para almorzar se trasladaron al restaurante Antonio Martín de la playa de la Malagueta en Málaga, un lugar emblemático como pocos, en sitio privilegiado y con la playa como protagonista. El exquisito catering de Grupo Gorki brilló especialmente en el cóctel y el almuerzo, que fueron amenizados con flamenquito muy del gusto de los invitados que no dudaron en arrancarse a bailar en más de una ocasión.
Sobre las fotos de boda
Ya con las reuniones previas que tuvimos con la pareja nos remarcaron expresamente que no querían posar ni hacer sesión de pareja (algo que nos piden muchos novios). Su intención era disfrutar plenamente del día y no estar pendiente del fotógrafo. También nos pidieron una cobertura más limitada de la que solemos hacer así como el álbum.
Teniendo en cuenta los deseos de Pepe y Reme, estuvimos todo el día como meros testigos de lo que acontecía, siempre trabajando de manera discreta y sin influir en el desarrollo normal del día. Fue fácil pues el gran ambiente propiciaba momentos que nos daban un gran resultado, y simplemente nos dejamos llevar. En este caso el estilo fotoperiodístico que siempre intentamos que sea el dominante del reportaje fue casi lo único que llevamos a la práctica, quitando algunas fotos más oficiales en momentos señalados como las típicas fotos con la familia en el altar antes de salir de la iglesia.
En definitiva, un día muy especial para todos, con una pareja peculiar de una edad atípica para casarse que demuestran que nunca es tarde para hacerlo, y que además merece la pena contar con fotógrafos para conservar los recuerdos de ese día.
Gracias Pepe y Reme por contar con nosotros para vuestras fotos de boda.