En general intento buscar una elegancia clásica. Las modas van y vienen, pero pienso que las imágenes que siguen demasiado las tendencias no suelen envejecer bien. Hago las fotos buscando la emoción y esencia de cada boda en particular para que conserven su fuerza visual durante muchos años. Por eso creo que mis mejores instantáneas vienen de las emociones sinceras: los momentos verdaderos son más potentes que las poses, mi interés está centrado en reflejar las actividades y emociones humanas..

Es por eso que siempre trabajo en equipo con Carlos. El ser dos fotógrafos nos da la versatilidad de tener siempre cubiertos tanto a pareja como a invitados al mismo tiempo, la flexibilidad de poder iluminar rápidamente y de la mejor manera sin que el fluir del día se resienta, o el lujo de poder buscar una foto diferente y creativa mientras el evento va quedando documentado con normalidad.

En definitiva, poner lo mejor de mi saber hacer y mi visión, pero siempre respetando la personalidad y la singularidad de cada evento y cada pareja.  Los protagonistas y la prioridad sois vosotros, el día de vuestra boda no debe ser una agobiante sesión de fotos.

Aunque el grueso del trabajo son las bodas hay muchos aspectos de la fotografía que me interesan y apasionan.

Quizás mis favoritas son las fotos de ópera o artes escénicas, con las que he recorrido los mejores teatros de españa uniendo dos de mis pasiones, fotografía y música.

Carlos tiene un control exquisito en la fotografía macro de joyería, los reflejos y en buscar fotos creativas y diferentes.

El mundo del retrato es otro campo que me interesa especialmente y donde vuelvo a nadar entre dos aguas, con protagonismo importante de músicos y artistas.

Por último, a los dos nos encanta desarrollar nuestro ojo en los viajes.